Respiré profundamente. Retuve el aire un par de segundos, o varios, hasta que comencé a sentirme mareada y luego lo solté con prisa, para tomar varias respiraciones otra vez.
Mi mente estaba en blanco.
Estoy segura de que podrían haberme dicho en ese mismo instante que se murió alguien muy querido y yo no podría ser capaz de mostrar ninguna emoción.
Estaba vacía. Vacía por dentro... como si todo lo que había vivido no tenía ni la más mínima importancia y nada de lo que me dijeran fuera lo suficiente como para hacerme reaccionar.
Yo misma sabía que de no estar en este estado de 'vacío' posiblemente me sentiría muy mal porque estaba sola. Pero por mi mente las palabras pasaban sin afectarme.
¿Sería un castigo?. Ni siquiera pude sentirme mal por ver la acongojada cara de mi amiga frente a mí, sin que yo le dijera que pasaba por mi mente.
Yo que solía hacer todo mediante emociones... ¿sin ellas?. O tal vez mi mente se bloqueó instantáneamente cuando no quería herirme a mi misma.
Como en esas películas fantásticas, jadeé de pronto, cuando sentí que mil emociones volvían a mi de nuevo. Haciéndome sentir angustiada y dolor. Ese dolor que quería evitar a toda costa.
Me dejé caer y respiré profundo de nuevo. Luchando por no ponerme a llorar.
Mi corazón había vuelto.
Pero tal vez hubiese sido mejor que no...
