Estábamos con mis compañeras en el gimnasio, a punto de dar la prueba de basquetboll de bandeja y estabas casi alterada porque la última vez, habías tirado todo correctamente, pero solo habías encestado una vez y eran siete, ¡siete!.
Así que me auto-inspiré confianza y ahora que somos más seguras de quienes somos contamos cada paso: "derecha, izquierda, derecha, izquierda... derecha, izquierda, arriba y..." ¡encesta!. Ahora sí que estabas segura e inventaste hasta un baile de la victoria y llegabas saltando al lado de tus compañeras y amigas. En una de esas ves a una de tus mejores amigas al borde máximo de la desesperación, porque estaba de mal... en peor.
Bondadosamente te acercaste y dijiste: "Maureen, tú puedes".
A la siguiente: "Vamos, piensa... 'Misma, tú puedes'... "
Y ella se fue repitiendo la frase hasta que le tocó y mágicamente funcionó.
Tu teoría fue rápidamente difundida entre tus pares cercanas, osea tus amigas.
Hasta que a la semana siguiente, en la segunda oportunidad, una de ellas se te acercó con una sonrisa radiante y dijo:
"Funciona"
Ahora, suerte a ti, a mí y a ellos.
"Misma, tú puedes"

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