Caminaba por la calle, en un lugar tenuemente alumbrado. Allí vi tantas cosas, tantas… que solo recuerdo una de ellas.
Me senté a su lado. Se veía tan solitaria mirando a la nada.-Buenas tardes –saludé.
-¿Qué haces tan sola aquí? –le pregunté más por curiosidad que otra cosa.
-La soledad es parte de la vida.
-Es que pareces tan triste…
-La tristeza también es parte de la vida –dijo, sin dejarme terminar la frase–. Mi vida gira en torno a los sentimientos de las personas que caminan con o sin rumbo. Predomina la tristeza sobre todos.
-Yo soy feliz –comenté, segura de lo que decía.
-Sombras –dijo, esta vez levantó la mirada y la clavó en lo más profundo de mi ser. Yo… no entendí nada entonces.
-¿Perdón?
-Todos están rodeados por sombras, no existen excepciones, ni tú que dices ser feliz. Puedo ver una que te cubre y que no te deja ver ciertas realidades que hay a tu alrededor, después esa sombra te va carcomiendo y terminas peor que aquellos que las aceptan. Por lo menos, tú sabes que existimos.
-¿Cómo lo sabes? –pregunté exaltada.

3 comentarios:
Que bueno que hayas vuelto a escribir, aunque llegué un poco tarde, ando extraviado.
Me gustó tu relato, creo que tiene ese ambiente que a mi también me gusta, eso que pareciera hacer daño pero sin embargo es necesario.
Bueno, como sea, muchos saludos.
precioso, me recuerda a una persona que conozco, que ve rapidamente lo k les pasa a los demas y siempre está ahi para lo malo, pero para lo bueno no kiere saber mucho, ella dice que lo unico que desea es poder ayudar a los demas:)
Ray: me alegra que te haya gustado mi relato. Ciertamente, quería probar algo nuevo y eso nació de lo más profundo de mi alma. Era como algo que necesitaba escribir. Un cambio. En fin, saludos para ti.
Anónimo: que alegría saber que a alguien le gusta lo que escribo. Aún sin saber quién eres, me gustaría que si puedes te pasaras más por aquí. Saludos.
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